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El hijo del intendente Enrique Antía, que tiene 28 años, dijo que hace dos años renunció a su trabajo de contador. “Agarré todos mis ahorros y me fui a surfear a la Polinesia”, relató.

Indicó que últimamente estaba trabajando como guía en una granja de la Isla de Pascua “y me llama mi madre y me cuenta que el Yatch Club había cerrado una regata importante, que venía a Punta del Este, que no había ningún inscripto y que necesitaban, porque Clipper quería un uruguayo para fomentar más la participación de otros uruguayos… Estoy seguro que no voy a ser el último”.

REMANDO “DE A POQUITO”

Tras mostrar su interés, a los tres días le dijeron que le gustaba su perfil y accedieron a entrenarlo. “Los entrenamientos eran clasificatorios. Vine a Uruguay, comí un asado, abracé a mis padres, a mis hermanas y a mis sobrinos y volé a Inglaterra a toda velocidad. Cuando llegué era ‘sapo de otro pozo’… Empecé a remarla de a poquito con el idioma y con todo. Si bien había aprendido a navegar en la Laguna del Diario no era ningún crack, ni lo soy ahora. En los deportes de mar uno aprende todos los días, porque la que manda es la naturaleza”, sostuvo.

Destacó que tras aprobar un complejo entrenamiento, el barco se prepara una semana antes de zarpar. “Y un día te 'desamarrás' y no hay vuelta atrás. Y te quedan 25 o 40 días. Nunca supimos cuánto nos iba a llevar cruzar en Océano. Y fueron 33 días, como los Orientales… Contento. Esa fue mi apuesta desde el principio”, señaló.

“La convivencia depende de qué tan flexible seas y tanta paciencia tengas… A veces hay que respirar hondo, o escuchar una música para tranquilízate. Pero después te das cuenta que no podés dejar de compartir tus preocupaciones con los que tenés algún roce, porque te empezás a sentir un poco mal… Yo trato de encarar y hablar. Estamos desarrollando el equipo reciben. Esto recién empieza. Entonces, es muy importante que todos tengan la valentía de hablarse las cosas. Incluso con el capitán”, sostuvo.

LA VIDA A BORDO

Explicó que “todas las tareas rotan” y hay dos guardias. “Un día de toca limpiara, otro limpiar solo los baños, otro limpiar el esqueleto del barco, otro planear la estrategia de navegación en los barcos, otro cocinar… Y tú compartís tu cama con el de la otra guardia. Cuando él duerme, yo trabajo y viceversa… Son turnos de cuatro horas”, aunque hay días que se rotan las guardias “y hay noches te tocan dos en vez de una”.

Contó que es difícil conciliar el sueño, porque hay mucho ruido. “Yo trato de matarme arriba, hacer mucho ejercicio y llegar muy cansado a la hora de dormir”, destacó. “La alimentación es todo latas. Y tenemos una bolsa gigante para cada día. Eso lo planificamos nosotros mismo”, añadió.

Resaltó que su embarcación no enfrentó ningún problema grave en esta “pierna” y manifestó que “llegar a Maldonado fue increíble”.

“Nano” Antía dijo que, en principio había pensado hacer cuatro “piernas” de esta regata, pero consiguió una empresa que lo patrocine en su plan para lograr visitar 15 puertos en los próximos 10 meses, en total, como “embajador de esta marca y de Maldonado”.

“SOY HINCHA DE MI VIEJO”

Por otra parte, manifestó que está al margen de los comentarios que se han vertido sobre su participación en la regata, por ser el hijo del intendente. Afirmó: “No corto ni pincho en la política… No me interesa en absoluto. Desde que soy chiquito vi el juego sucio que es. Yo no tiro para ningún lado. No soy ni blanco, ni frenteamplista… Soy hincha de mi viejo y de sus cuatro amigos fieles que hace 25 años que vienen a casa y no se van”.

“Y ahora tengo un 100% de confianza en lo que está haciendo mi padre acá, como administrador. Mi padre es humano, es solidario. Ese partido, lo contesta con acciones. No tenemos ni que usar palabras para ellos”, señaló.



foto: Neil Stafford