El Scotiabank, nuevo propietario del 100% de los paquetes accionarios del Nuevo Banco Comercial, y la financiera Pronto, inició el proceso de enterrar la denominación de uno de los más viejos bancos uruguayos y sustituirla por la propia. La novedad la reveló Diego Masola, el líder país del Scotiabank en entrevista con FM Gente. Jerarcas de la nueva institución estuvieron en la sucursal Punta del Este para tomar contacto con la realidad de la zona.
Masola dijo que “estamos planeando también en algún momento de 2014 cambiar la marca y venir ya con la marca de Scotiabank, y bajar la marca de Banco Comercial, suavemente, para que los clientes lo perciban de a poquito”.
“El cliente que se interesó por preguntar sabe que somos el grupo Scotiabank, pero lo vamos a empezar a publicitar ahora, y eso trae aparejados ciertos otros productos más orientados a la banca primium, si se quiere, al tope de la pirámide, al AB, que antes no teníamos y que estamos preparando”, explicó.
Afirmó que iba “a ser una sorpresa, pero comento que por ahí viene la cosa”.
LA ECONOMÍA DE URUGUAY
Masola sostuvo que “Uruguay tiene una estabilidad a nivel legal, a nivel de división de poderes, a nivel macroeconómico que es muy atractiva”.
“Nosotros entramos al mercado a fines de 2010, principios de 2011, y entramos en un momento justo comprando a Pronto y a NBC (Nuevo Banco Comercial); después vino la época de lograr el grado inversor, el investment grade para el país”, relató el proceso de aterrizaje, que acumula casi tres años.
Evaluó que “eso fue algo muy positivo para nuestro fondo de comercio porque eso posiciona mejor, y creo que la mayor virtud que tiene Uruguay para atraer inversiones es esa, que tiene gente conservadora, con muy buen nivel profesional”.
TODAVÍA FAVORABLE, PERO PREOCUPADOS
“Acá me he encontrado con profesionales del más alto nivel, y un ambiente de negocios que todavía es favorable, si bien no se está creciendo al 6% y 7% como se crecía, al 3% sigue siendo bueno”, opinó.
Sostuvo que “la historia de Uruguay marca que creció al 2%, 2,5%, o sea que estamos creciendo por encima del promedio, todavía, pero un poco preocupados por el tema de la falta de competitividad de la moneda, y el incremento de costos internos que hace que el inversor extranjero pierda un poco de rentabilidad”.
Masola insistió varias veces en describir al Scotiabank como uno de los seis bancos más grandes de Canadá, con 85 mil empleados a nivel mundial, de los cuales la mitad habla español, y que el año pasado ganó 6.500 millones de dólares a nivel mundial.
CAMBIOS INTERNOS
El ejecutivo describió al NBC como un banco especializado en atender al sector ABC1 del mercado, pero también deslizó que el Scotiabank quiere una mayor especialización en el sector AB de la clientela potencial.
“El banco a nivel mundial y especialmente el Scotiabank en Canadá, tiene exactamente el mismo perfil (que el Comercial), es un banco B y C1; tiene un alto posicionamiento en pymes, es el número uno en pymes, el número uno en préstamos para compra de vehículos, y somos muy fuertes acá en leasing” (alquiler de uso con opción a compra), dijo.
Agregó que al estar “muy paralelos lo que es (la operativa de) el NBC con lo que es el Scotiabank en Canadá, eso facilita porque todas las herramientas sofisticadas que tenemos en Canadá las podemos traer para acá”.
BANCARIZACIÓN, MAYOR CONTROL ESTATAL
Masola comentó con beneplácito la ley para aumentar la intervención de los bancos en todas las actividades de la economía real, conocida como bancarización, pero admitió que con ella el Estado uruguayo avanza a tener un mayor control sobre lo que hacen o no hacen los agentes privados.
“La verdad es que la ley esta es muy detallada, va a ser complicada de reglamentar, así que creo que a pesar de que daría la impresión de que se va a aprobar rápido, creo que la reglamentación se va a demorar un buen tiempo”, afirmó.
Aseguró que “le falta mucho detalle, si bien está tirada la idea, falta ver cómo se baja eso a la realidad; como país nos va a dar una transparencia muy grande impositiva, que es muy necesaria”.
“Va a controlar mucho más los flujos de dinero, de entrada y salida de dinero de las cuentas, que es muy positivo, pero a su vez de alguna forma puede cargar con costos inmanejables para ciertos bancos, y puede sacarle muchos clientes a algunos y pasarles muchos clientes a otros”, adelantó, en base a la experiencia en otros países.
Dijo que por ello “hay que estar muy atentos, hay que ser flexibles”. “Creo que la bancarización es una ley necesaria, y positiva para el Uruguay, que va a dar tanto amenazas como oportunidades; obviamente, estamos tratando de aprovechar las oportunidades, pero también va a traer amenazas”, completó.
Entrevista: Fabián Sánchez