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Para esto usted deberá mover toda la infraestructura del registro civil y abonar la suma de 5160 pesos y tendrá a un juez golpeando la puerta de su casa para avisarle que está casado y tiene nuevas obligaciones.

Pero si no quiere la ceremonia en su hogar lo puede hacer en el propio juzgado y deberá abonar solo un timbre de 172 pesos pero igual tendrá las mismas obligaciones.

El promedio de edad de los contrayentes en Maldonado es de 25 años.

En la mayoría de los casos se han negado a casarse los días 13 de cada mes.

Este año se estará superando el numero de casamientos en comparación con el anterior.

Un gran porcentaje de quienes concurren a contraer matrimonio lo están haciendo por segundas nupcias.

En el momento de firmar los papeles tanto los testigos como quienes los acompañan suelen disparar una serie de advertencias “estas a tiempo de arrepentirte” “yo te avise después no te quejes” “acá te casan y también te divorcian” “mira que esto es una sentencia de muerte”… y cosas por el estilo suelen escuchar los funcionarios del Juzgado ya cansados de los mismos chistes.

Los prejuicios de edades y clases sociales también están inscriptos y existen datos en los registros que cuentan de una pareja donde el tenía 89 años y ella 30.

O también de la pareja más joven que fue a contraer matrimonio este año, ella de 14 y el de 16, las malas lenguas podrán asegurar que en estos casos las jóvenes suelen estar embarazadas y según los funcionarios esa teoría es correcta y en la mayoría de los casos corresponden a las clases sociales menos pudientes del departamento.

La primavera es la época del año donde el amor florece y por ese motivo cuando más casamientos se realizan.

Pero mientras algunos dicen que esto genera la perdida de la libertad otros pretenden recuperarla, ya que en los últimos tiempos los reclusos han optado por casarse, algunos por amor, pero otros porque esto les permite una reducción de las penas y les facilita las salidas transitorias o las visitas conyugales, incluso reclusos de Maldonado han solicitado contraer matrimonio con reclusas de Montevideo, para lo cual hace falta una serie de trámites.

Los visitantes no se quedan atrás, porque un sin fin de turistas han pretendido casarse en Punta del Este, aunque en varios casos no fue posible, ya que están casados en sus países de origen, ante lo cual se estaría frente a un delito de bigamia.

Un porcentaje importante de Montevideanos deciden casarse en Maldonado por el solo hecho de hacerlo en Punta del Este, un mero capricho burgués y de estatus.