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Una carta dirigida a gobernantes locales, departamentales y Policía revela el infierno que viven, a partir de cada medianoche, los propietarios del edificio ubicado en la Rambla Artigas y calle 27. El documento -que también fue enviado a FM Gente- está firmado por el ingeniero Bruno Carlo Gagliani en representación de la mayoría de los propietarios que sufren los embates de cientos de jóvenes descontrolados.

Los disturbios comienzan a la medianoche y tienen su apogeo sobre las tres o cuatro de la madrugada, sin que las autoridades hayan respondido a los incontables reclamos vecinales.

“Estacionan sus automóviles, ponen la música a todo volumen y abren el baúl repleto de heladeras con alcohol. Al amanecer el sitio es un tendal de botellas rotas y ocasionalmente jeringas”, relata Gagliani, en principio.

Añade que han visto cómo utilizan botellas rotas como armas “para intimidar a ocasionales transeúntes en sus autos” e incluso los han visto sacar armas de fuego para defenderse.

“Cierran la calle 27 desde la Rambla hasta la calle 18, y organizan fútbol a los gritos, borrachos, agresivos y cuanto peor se puedan imaginar”, agrega Gagliani, quien lamenta la falta de respuesta ya que apenas intervienen “uno o dos policías” que nada pueden hacer ante el “tamaño y número de salvajes”.

SEXO Y VENTA DE DROGAS

El ingeniero refiere que es frecuente ver parejas manteniendo relaciones sexuales en la entrada del garaje del edificio o en la plaza/playa ubicada en frente. “Hemos tenido la desagradable experiencia de ser testigos involuntarios de relaciones entre homosexuales con total descaro y a plena luz del amanecer”, precisa.

Usan el jardín del edificio como baño, otro tanto ocurre tras unas plantas que se encuentran entre las palmeras de enfrente al edificio, sobre la rambla. “Dichas plantas son la oportunidad para todo tipo de asquerosidades, algo que simplemente se resolvería retirándolas del lugar”.

También denuncia la venta de estupefacientes: “con frecuencia vemos que alguien que llega caminando luego de mirar para los costados y asegurarse que nadie lo está observando, esconde dinero en un lugar predeterminado de su tronco. Más tarde otra persona pasa, se lleva el dinero y deja en ese mismo sitio un ‘raviol’ que enseguida la misma persona del dinero retira.”

Vomitan y orinan incontables veces en el jardín, en la entrada y en la vereda del edificio. Juegan carreras corriendo por encima de los capots y techos de los autos que están estacionados en ambas manos sobre la 27 Los Muergos. Gritan, insultan y se pelean toda la noche; escriben grafitis y rompen los vidrios de los autos estacionados”, enumera.

DAÑO A PUNTA DEL ESTE

Los propietarios definen la zona como “un gran boliche bailable fuera de control” y entienden que “estos desagradables hechos no hacen otra cosa más que manchar y denigrar la imagen de la mundialmente famosa Punta del Este”.

La carta está dirigida al alcalde Martín Laventure, al intendente Óscar De los Santos, a la directora general de Higiene y Protección Ambiental de la comuna, Mary Araújo; al jefe departamental de Policía, Juan Balbis; y al comisario de la seccional de Punta del Este, Jorge Guerra.

Les piden que adopten medidas preventivas, tales como aumentar la presencia policial “en número suficiente” y prohibir la circulación con botellas en la mano en horas nocturnas.

Acusan la “total falta de respuesta"y reclaman protección, con urgentes medidas.

La desesperación es tal, que Gagliani invita “a quien quiera” a participar de una cena en su residencia con la condición de que “aguante quedarse hasta las tres de la mañana”.

mr