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“Vengo acá todos los años, porque me encanta, porque tienen seguridad”, señaló.

“Yo vi también lo que pasó con el cambio político… La izquierda, la derecha, el centro… Y no cambió. No cambió la seguridad, no cambió nada. Son valores importantísimos. En mi casa, en 25 años, no entraron a robar nunca. Y no tengo cerca, no tengo nada; está abierta. Puedo ser afortunado, pero estas son cosas que en este país hay que cuidar muchísimo”, recomendó.

“El intendente (Enrique Antía) me ha dicho que ahora tienen cámaras con tecnología israelí, que las pusieron en todas las calles. Yo creo que la seguridad –no sólo la civil, sino la política, la financiera…- es el motivo por el que me gusta invertir en esta país”, afirmó.

Por otra parte indicó que el Grupo Cipriani, que tiene carácter familiar y fue fundado por su abuelo, en 1931, en Venecia, donde funciona el primer restaurante. “Hay tres generaciones que trabajan juntas ahora. Está mi padre que tiene 86 años, aunque no quiere que nadie lo sepa”, bromeó. “Yo tengo 53 y tengo dos hijos, uno de 31 y otro de 29”, contó.

Dijo, además, que están presentes en 13 países y en 16 ciudades. “Tenemos una facturación de unos 300 millones de dólares y empleamos un poco más de tres mil personas”, destacó.

Por otra parte, consideró que el San Rafael es “un ícono que ha perdido su importancia… Ahora tenemos una oportunidad única, porque la Intendencia ha dado la oportunidad de poder construir en este sitio 120 mil metros cuadrados. Han dado beneficios fiscales que son fundamentales para poder explotar este negocio”.

“En febrero me acerqué a la propiedad y firmamos el contrato de compra. Llamé enseguida al arquitecto (Rafael) Viñoly, que es mi amigo desde hace 30 años… Y la respuesta fue: ‘sí, quiero hacerlo porque me encanta el proyecto’”, narró.



foto: Cipriani en la Junta durante la presentación del proyecto