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El director Nacional de Cultura del MEC, profesor Luis Mardones, explicó a FM GENTE, que dejará su cargo, y que en setiembre de 2007 hizo llegar al entonces ministro de Cultura, Jorge Brovetto, el pedido para alejarse del cargo por razones personales, postura que mantuvo hasta estos días. Mardones abandonará la dirección Nacional de Cultura a la brevedad, reconociendo que fue honrado por el presidente de la República al nominarlo para la función.

EMERGENCIA CULTURAL

El jerarca comenzó reconociendo que la “emergencia cultural” que él detectó en el año 2005 se ha ido revirtiendo en medida de la catarata de propuestas y proyectos que se han estado llevando adelante. Mardones explicó que la multiplicidad de propuestas ha sorprendido incluso a la prensa especializada en temas culturales, a pesar de las limitaciones y debilidades de la dirección Nacional de Cultura en materia organizacional (recursos humanos, equipamiento tecnológico, infraestructura edilicia). “Si yo pudiera volver hoy al 1º de marzo de 2005, de pronto pensaría en menos proyectos pero en condiciones de calidad total, porque el vértigo y la hiperactividad también lleva a cometer errores en el día a día”.

Reiteró que la expresión “emergencia cultural”, surgía de muchos agentes culturales que se referían insistentemente a las necesidades del sector, en momentos que en el otro extremo, el artista Jorge Drexler lograba nada menos que un Oscar. “El concepto de emergencia cultural siempre fue discutible; el arte y la cultura uruguaya han tenido una peculiaridad; siempre ha habido gente brillante, que descolla en el mundo, a veces mucho más valorada en el mundo que lo que sabemos valorarlos los propios uruguayos. Es más, a veces somos ingratos y excesivamente olvidadizos y hay artistas que a veces aportaron durante décadas talento, belleza, creación, inteligencia, y terminan sus días en una situación que debería avergonzarnos más como uruguayos”, afirmó.

LA ACTUALIZACIÓN EN IBERMEDIA

En cuanto al surgimiento del cine en nuestro país, Mardones puntualizó que en ese sentido han incidido dos aspectos, porque en realidad escritores de talla y actores en Uruguay hubo siempre, al igual que artistas plásticos, teatro, “pero el cine es un fenómeno de hace 12 años”.

Recordó que el primer gran paso fue poner a Uruguay al día con sus pagos a Ibermedia, tema por el cual hasta se produjeron huelgas de hambre y encadenamientos.

Explicó que Ibermedia es un organismo iberoamericano muy relacionado con otros de relieve mundial. Mediante los aportes, cada país y a través de procesos concursables, acceden a recursos que duplican por 10 o por 20 el aporte que cada país hizo. “Entonces por no pagar una cuota de U$S 70 mil, había cantidad de cineastas, directores de cine, de agentes vinculados al audiovisual que se privaban de obtener premios, respaldos económicos y financieros que les permitían un gran despliegue y proyección del cine nacional”, dijo.

El otro gran avance, según Mardones, fue la aprobación de la Ley de Cine, reclamada desde el año 1950, que está en plena vigencia y asigna un presupuesto de U$S 1 millón anuales para el estímulo y el fomento del desarrollo del cine y el audiovisual.

“Las películas uruguayas vienen obteniendo premios en cuanto festival de cine internacional se presentan”, dijo, al tiempo de mencionar las relevantes críticas extranjeras que han habido, por ejemplo en Francia respecto al filme “El Baño del Papa”.

Mardones insistió que Uruguay tal vez pueda generar un fuerte ingreso de divisas por este concepto, como lo han logrado otras naciones, porque hay talento y creatividad. “Un país pequeño en territorio, pero rico en talento y creatividad, tal vez tenga que hacer una gran apuesta estratégica para que también la creación, el talento, el arte, la cultura, sean palancas para el desarrollo económico y social del país”.

BIBLIOTECAS EN RED

Asimismo se refirió a la constitución de una red nacional de bibliotecas públicas con una Biblioteca Nacional digitalizada para que todo su acervo pudiera ser consultado a través de una computadora, desde cualquier punto del país. Mardones dijo que hasta el momento no hay una ley nacional de bibliotecas, uno de los temas que va quedando como asignatura pendiente, al igual que mejoras en materia de museos y el impulso a la literatura nacional.

El director Nacional de Cultura dijo, empero, que se ha logrado una circulación muy intensa de artistas por todo el país y también en el exterior, a través de distintos programas a los que se le han otorgado recursos. En ese marco además, se reivindicó al sector discográfico, lográndose la equiparación impositiva del disco y el libro. “Esto fue anunciado recientemente por el presidente Tabaré Vázquez y por el contador Astori, cuando anuncian las modificaciones en las franjas del IRPF”, recordó.

LA LIBERTAD DE PRENSA

Luis Mardones aclaró que más allá de cómo puedan ser interpretadas sus opiniones respecto a los contenidos fundamentalmente de la televisión, respeta profundamente la libertad de prensa. “Me alegra profundamente haber logrado que se instalara un debate nacional que es necesario, por la influencia creciente que la televisión tiene sobre la formación de nuestros niños, de nuestros jóvenes y de todos los ciudadanos. Creo que era el deber y la obligación de un director Nacional de Cultura emitir un juicio de estas características, por lo menos una señal de alarma. Yo no soy experto en materia de medios de comunicación, hay expertos, y yo no se si la solución es el impuesto, o al revés una política de estímulos que fomente mayor producción nacional o la famosa cuota pantalla que se aplica en muchos países, o, simplemente una apelación a la responsabilidad social de las empresas”. Agregó que la calidad de los contenidos es una preocupación instalada en padres y docentes de todos los niveles en todo el país, pero que se trata de un tema complejo porque están en juego valores muy importantes. “En primer lugar la libertad de prensa, la libertad de expresión. Estoy alejado de cualquier manifestación o tipo de censura, no creo en la censura; me resulta muy difícil reconocerle a cualquier autoridad, el derecho de decidir que puede estar al aire o que tiene que salir del aire. Sin embargo todos sabemos que límites hay, porque no hay derechos sin límites; por ejemplo, no sería admisible en un programa de televisión abierta, que se hiciera la apología del abuso de menores, sería la apología del delito, y un delito además detestable; sería inadmisible que hubiera en la televisión abierta un programa que hiciera incitación al odio racial porque eso sería un delito”.

Insistió que límites siempre hay pero que es necesario agregar un marco regulatorio capaz de establecer cuales son esos límites.

LA TELEVISION CHATARRA

Abogó finalmente por una mayor producción nacional, en la televisión, porque aumentará la identidad cultural lo que es muy importante para una nación pequeña, para poder defender su historia, sus tradiciones en el mundo globalizado hoy día, y generaría más fuentes de trabajo.

En ese marco, cuestionó los “enlatados” que llegan fundamentalmente de la república Argentina, a pesar de la extraordinaria calidad de productos que surgen en el vecino país.

“Me preocupan más que Tinelli, los 10 o 12 programas que están al aire, que son programas satélites de Marcelo Tinelli, y que hacen que en toda la televisión abierta, a toda hora, todos los días de la semana, haya 10 o 12 programas que consisten en discutir que pasó en el programa. Entonces resulta que nos obligan a los uruguayos a estar durante 6, 7, 8 meses discutiendo que le contestó una vedette a la otra, que dijo fulana de sultana, cual es la última novia de la ‘Tota’ Santillán. A mi nadie me pude discutir que esto en términos intelectuales, educativos y culturales, empobrece el nivel de nuestros ciudadanos”. Agregó que la incidencia de estos contenidos es muy importante en la formación de niños y adolescentes, porque un niño pasa más horas frente a la pantalla del televisor que las horas que está en la escuela, y esto “hay que asumir que se discute en el mundo entero”.

Mardones concluyó que para cambiar esta realidad, hay que discutir dos tipos de soluciones, “algún tipo de marco regulatorio, consensuado, plural, democrático. Tienen que estar de acuerdo todos los partidos políticos, los diversos actores sociales e institucionales. O en caso contrario, una mesa de trabajo; sentarnos gobernantes, adjudicatarios de las ondas de los medios de comunicación, para imponernos como hacemos para mejorar la calidad de la oferta de nuestra programación”.

Redactado: R.A.