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Ferreira narró que “en la noche del miércoles para el jueves, estaba en la zona del Puerto, conversando con un colega de la zona” y vio un taxi.

“Me pregunté de dónde era… Vi que el tipo hizo un gesto. Me pareció que habían tapado el fichero… Nos saludó, Y el colega me dijo; este taxi no es de acá. Y llevaba ‘el chismoso’, el cartel de arriba, prendido. Y como no había movimiento, salí tras él, le toqué bocina y el hombre paró en el Puerto”, agregó.

Contó que luego se bajó y le dijo al hombre que, si bien no era de su incumbencia, el taxi no era de la zona. “Y lleva ‘el chismoso’ prendido”, le comenté. “Me respondió: ‘sí, sí… no me di cuenta’. Le expliqué que el tema estaba caldeado por Uber y el horno no está para bollos”.

Señaló que el hombre la agradeció, luego que le comentó que, en su opinión, debería andar “con todo apagado”.

“Yo volví a mi coche. Voy a prender un cigarro y el encendedor se me cae para abajo del asiento. Cuando giro para agarrarlo, siento la puerta que se abre… Y cuando giro la cabeza, siento un ‘guascazo’ en la costilla… Y por instinto natural, me pegaron, me bajé y empecé a pegar”, expresó.

El taxista dijo que luego vino personal de Prefectura “y nos separó. Y ahí vine que tenía en la mano una piña americana. Me pegó dos piñas en la parte de los riñones… Lo sentí minutos después”.

Remarcó que en ningún momento lo agredió verbalmente. “S ve que le molestó y se quedó pensando… Tal vez pensó que yo le iba a agarrar algo y a ‘embocar’ cuando me vio girar en el auto y pensó: yo lo voy a ‘embocar’ primero”, especuló.

Indicó que “el taxi tenía patente de Canelones: lo que vi fue APX… Matricula de taxi. La puerta decía ‘Taxi’… Pero no llegué e enfocarme para ver la patente. Pero cámaras en la zona había… Yo no lo vi levantando pasajeros, pero sí le vi el fichero prendido, tapado con un paño. El fichero tiene que estar completamente apagado”, comentó.

Destacó que hizo la denuncia en la Prefectura. “El se fue primero que yo… Yo llegué a la puerta de la Seccional 10ma. y se me perdió el mundo. Veía estrellitas. No podía estar parado, me sudaba el cuerpo”, relató.

“En la noche se ve de todo… Pero yo nunca había visto un taxi de otro departamento trabajando. Es la primera vez que me pasa. Y trabajo en la noche hace un año y cuatro meses”, enfatizó.