Un muchacho de 21 años de edad que debía estar cumpliendo arresto domiciliario por un delito anterior, se escapó, robó bicicleta de una casa, y salió a disfrutar la vida. El esparcimiento le duró hasta que se cruzó con un móvil policial que le detuvo, y le puso nuevamente ante un juez en lo Penal, informó la policía.
Una vecina de Maldonado Nuevo se presentó el jueves 26 de junio en la Seccional 6ª de policía para radicar una denuncia de robo. Dijo que del patio interior de su casa le habían robado una bicicleta GT blanca y negra, modelo Agresor, rodado 26, que tenía allí guardada.
La damnificada no advirtió quién y cómo se la llevó, por lo que no pudo aportar mayores datos para buscar su bicicleta. La descripción de la bicicleta robada se agregó a al rutina de los policías que cumplen con tareas de patrullaje preventivo, así que de alguna manera la estaba buscando todo el personal policial de la zona que anduviera en la calle.
Personal de uno de los móviles policiales que andaba por el barrio Nueva Esperanza en las últimas horas creyó ver a alguien andando en una bicicleta como la denunciada. Era conducida por un muchacho joven.
El distendido ciclista fue invadido repentinamente por la urgencia de huir del lugar. Los policías del móvil advirtieron lo que intentaba, y se adelantaron al intento interceptándole el paso.
Más que por viajar en bici robada, el muchacho parecía esconder algo más. Cuando llegaron a la comisaría con él y la bicicleta, se le identificó como Mauro Gonzalo Silva Faccio, de 21 años de edad, poseedor de antecedentes penales.
Lo más importante es que el detenido no debía andar en la calle porque le habían impuesto una medida cautelar de arresto domiciliario que tenía que estar cumpliendo, por la comisión de otro delito anterior. Allí estaba la preocupación del joven.
Cuando a un procesado se le impone una medida cautelar, tanto su abogado como en el mismo juzgado se le suele instruir que el incumplimiento de esa disposición representa incurrir en un nuevo delito, desacato, con lo que su situación judicial se convierte en mucho más compleja.
Desde la comisaría se notificó a la denunciante que debía pasar por la sede policial. La mujer concurrió raudamente y procedió a identificar sin márgenes de duda a la bicicleta como suya: era la que le habían robado.
Avisado el juzgado en lo Penal de 2º turno, el magistrado que tomó el caso dictaminó en las últimas horas disponer el procesamiento de Silva Faccio como autor de un delito de receptación, lo que indica que no se pudo probar que él hubiese robado la bicicleta, sino que simplemente estaba usando una bicicleta robada.
Esta vez el magistrado ordenó que el acusado fuera internado en prisión de inmediato hasta que el proceso judicial se complete en este caso con una sentencia que confirme o rectifique el acto de procesamiento, y a la espera de si el desacato por incumplir la cautelar por el anterior delito es considerado agravante en su situación.