Un hombre de 36 años de edad, sin antecedentes penales, que se apropió de la tarjeta de una vecina, salió de compras con su pareja, fueron detenidos, y puestos a disposición de la justicia. El marchó a prisión, la pareja quedó libre, informó la policía.
Una vecina se presentó en dependencias de la Seccional 1ª de Policía de Maldonado para radicar una denuncia.
La señora atestiguó que del interior de su comercio, ubicado en el cruce de Tres de Febrero y Brazo Largo, en el centro de Maldonado, alguien le había robado un monedero que contenía documentos y tarjetas financieras (crédito o débito, no se especifica).
Los efectivos policiales le pidieron detalles, si le había llamado la atención el ingreso de alguna persona en particular el día que notó la falta de su monedero. La señora dio algunos detalles, no muchos. La investigación partía de cero, pero tenían los datos de la tarjeta. Había que rastrearlos.
Con la estrategia trazada, y el apoyo del emisor de la tarjeta, se procedió a rastrear cualquier movimiento comercial que se hiciera con ella.
Pronto se verificó que las tarjetas aparecieron como medios de pago en un supermercado en la zona donde se produjo la sustracción del monedero.
A partir de este registro los investigadores consiguieron ubicar que quienes habían hecho los gastos eran una pareja. Se pudo identificarles y establecer su domicilio.
Obtenida la autorización judicial, se procedió al allanamiento del domicilio de la pareja, donde se detuvo a ambos, y se les trasladó en calidad de detenidos en la etapa de averiguación del robo.
ÉL A PRISIÓN, ELLA LIBRE
El juez en lo Penal de 2º turno analizó el caso, repasó las pistas, los testimonios, los interrogatorios, y se pronunció dictando el procesamiento de S.P.G. como autor de un delito de receptación, es decir, del uso de un bien de procedencia delictiva para sacarle un provecho personal o para terceros.
El magistrado entendió que la gravedad del delito cometido es mayor que la condición de primario del autor, por lo que ordenó que cumpla prisión preventiva mientras se completa el proceso penal hasta una sentencia que determine el tiempo que deberá purgar tras las rejas.
El juez no encontró en la actuación de la pareja del procesado en el caso, ninguna actitud violatoria del ordenamiento que regula el comportamiento social, por lo que dispuso que se la dejara en libertad. Dicho más fácil, la mujer sólo fue acompañante para realizar las compras sin conocer que pagaban con tarjetas robadas.