Ricardo Riaño fue el encargado de las operaciones que se llevaron adelante en el centro comercial en la madrugada del sábado 6 de agosto. A un año del siniestro dialogó con FM Gente sobre lo vivido y la reflexión que hace pasado el tiempo. “Había un gran despliegue y movilización de vehículos de diferentes unidades de bomberos trabajando en el lugar, con un incendio ya descontrolado y con dificultoso acceso a lo que era el subsuelo del mismo shopping, ya que se trataba de 4 mil metros cuadrados aproximadamente de superficie”, recordó.
El director nacional de Bomberos explicó que el subsuelo contaba con una sola entrada y una sola salida por lo al personal le era imposible acceder a los fondos dada la distancia que tenían que transitar para llegar a donde se encontraba el fuego en el interior del depósito. El foco se extendía hacia las naves superiores de Tienda Inglesa, el jerarca destacó que “era dificultoso el acceso porque la compartimentación horizontal prácticamente era inexistente y eso facilitaba que dicha propagación fuera sin ningún tipo de barreras y sin control”.
Otra de las dificultades con las que se encontró Riaño y su equipo al momento de arribar al centro comercial fue la posibilidad, de un momento a otro, del derrumbe de la loza superior. “Era todo impredecible. Las estrategias que íbamos a utilizar eran muy cambiantes a razón de cómo iba cambiando el incendio”, explicó. Y agregó: “Hubo que cambiar en varias oportunidades las estrategias de combate al incendio”.
El jerarca recordó que una vez que colapsó una de las paredes posteriores al shopping la ventilación fue abrupta, lo que determinó que la propagación fuera más intensa. “La decisión más difícil que tuve que tomar fue hacer un boquete en el medio del shopping, por el lado posterior, y meter personal mío con el riesgo que yo conllevaba, con mangueras de gran diámetro a poder detener el fuego a la mitad”, indicó. Y añadió: “Y se logró el objetivo, fue la maniobra que nos determinó una diferencia entre cómo venía avanzando el fuego y el poder contenerlo en ese punto donde hicimos el boquete”.
Riaño calificó la decisión como muy comprometedora y muy difícil ya que estaba muy compleja la estructura, además era impredecible lo que podía llegar a pasar. “Los bomberos vivimos con el peligro, no podemos saber qué va a pasar”, expresó. La maniobra llevada adelante por Riaño salió bien porque no hubo que lamentar heridos y pudieron detener el avance del fuego en la mitad del shopping, salvándose el ala sur.
El incendio al centro comercial significó un trabajo en conjunto de varias dotaciones dada la magnitud del hecho. Riaño considera que fue “un gran desafío” para los bomberos de Maldonado. Si bien habían trabajado en focos importantes, nunca habían estado expuestos a uno de tal magnitud. “Les representó una experiencia que nunca la habían vivido antes, yo creo que lo van a mantener en el recuerdo y en su memoria por toda su carrera profesional y por toda su vida, también”, dijo.
Para el jefe nacional de Bomberos, los efectivos de Maldonado pasaron por un gran desafío ya que al llegar al lugar se encontraron con un incendio de gran magnitud desarrollado y generalizado muy difícil de controlar. En ese momento el subsuelo de 4 mil metros cuadrados presentaba una gran concentración de combustible.
“Durante el correr de las horas y de los días el cansancio se notó, pero fuimos haciendo la rotación de personal correspondiente para poder ir teniendo un refuerzo de personal descansado, además de ir cambiando las tácticas y estrategias de combate de acuerdo a cómo se iba comportando el incendio”, manifestó.
A un año del hecho, Riaño destacó que, si bien fue un incendio de gran magnitud con grandes pérdidas estructurales, no hubo ninguna persona lesionada, ninguna persona fallecida, ni tampoco la pérdida del 100% de la estructura. “Todo eso puede ser evitable porque las medidas de protección y prevención son fundamentales, principalmente la existencia de rociadores en ese tipo de ambientes, hubieran marcado una diferencia sustancial, si hubieran funcionado correctamente”, reflexionó.
El jerarca exhortó a que todas las estructuras de gran porte tengan protección contra incendios, rociadores, compartimentación y un estudio pormenorizado de cada situación de cada una de las estructuras en sí porque eso puede comprometer y generar incendios de esta naturaleza.
Foto: La Mañana