Este martes el Senado levantó el carácter secreto de la sesión en la que compareció el diputado de Cabildo Abierto, Sebastián Cal, por las amenazas recibidas del empresario fallecido. El secreto se levantó a pedido de Fiscalía de 5to Turno de Maldonado.
En la versión taquigráfica de la sesión del 2 de abril, a la que accedió FM GENTE, Sebastián Cal reconoció ante el Senado que cuando hizo las declaraciones a un periodista que luego se viralizaron a través de las redes sociales, se encontraba viviendo “un momento de vulnerabilidad” porque desde hacía más de un año “no estaba para nada a gusto, ni siquiera circulando en auto con mi hijo”.
Contó que conoció a Gonzalo Aguiar y a su socio canadiense Jhon Pollesel en 2021 en Roma y que luego lo contactaron “por mi condición de piloto comercial” para que los asesora en la compra de aviones.
“También me preguntaron si había alguna chance de que yo les estableciera algún contacto con el Ministerio de Agricultura en Colombia”, agregó. Cal relató que desde la adolescencia tiene vínculo con ese país, que quiere y conoce mucho, y que también tenía contacto con la embajadora de Colombia en Uruguay, Carmen Vázquez.
Cal hizo de nexo entre los empresarios y Colombia y en su segundo viaje a ese país, Aguiar y técnicos que viajaron desde Canadá, expusieron sobre los agrominerales que iban a ofrecer, en primera instancia al Gobierno colombiano. “Me parecieron muy profesionales, muy serios”, opinó Cal.
Luego de eso, en junio de 2022, Aguiar lo invitó a su mansión La Maison “a tomar un café”. El diputado contó que había al menos 6 personas de seguridad fuera de la casa y que le abrió la puerta “un señor con acento centroamericano y con un arma en la cintura”.
“Me parece una forma bastante violenta que me inviten a tomar un café y me reciban con un arma en la cintura”, dijo, y agregó que al entrar a la casa, sobre una mesa, habían al menos 5 armas “que parecían de guerra”.
“Cuando entro al escritorio del hombre, estaba bastante alterado”, continuó. Aguiar le dice: “Qué bueno que pudiste venir, quería tomar un café contigo. Te tengo que pedir un favor”.
“¿Vos no me podrías acompañar a Paraguay la semana que viene?. Porque el negocio de los agrominerales en Colombia no salió”, le preguntó Aguiar.
“Mirá, disculpá, yo no soy lobbista. No me dedico a vender. Te agradezco”, le contestó Cal. “No lo tomes a mal y sí se lo tomó a mal”, manifestó.
En ese momento Aguiar le respondió: “No, pero ustedes no tienen idea de quién soy yo, porque ustedes son nuevos, yo financio campañas políticas y después me van a necesitar. ¿Te cuesta mucho acompañarme a Paraguay?”
“De los que están acá afuera, dos o tres son policías”, continuó presionando.
Cal admitió que ese día se fue de La Maison “bastante nervioso”. “Entendí que no estaba bien que me quedara con esa información y lo hablé con el jefe de Policía Julio Pioli”, agregó.
Pasaron los meses y en los primeros días de diciembre de 2022 “ya era algo que rompía los ojos la situación en Maldonado con este señor y hablo por segunda vez con el jefe de Policía”, contó.
“Después es que recibo el audio que quiero que escuchen”, dijo, y reproducen en la sesión el audio que Aguiar le envió al diputado.
“Bo, Seba, dejate de hacer denuncias. Estás quedando pegado, muchacho. Si tenés algún problema conmigo o algo, vení y hablamos acá, de cara, como hombres. Tenemos, los dos, pelos en los huevos, ¿no? Dejate de hacer denuncias, bo, porque la verdad que no te queda. ¿Ta? De frente y mano, bo. Te estoy hablando bien, como caballero. ¿Tenés algún problema conmigo? Venís y me lo decís en la cara, pero no estando denunciando a la gente, bo, y todavía sin razón. ¿Dale? Mirá que sabés donde vivo, así que cuando quieras y donde quieras, papá”.
“Hoy son todos valientes porque, primero, ya está muerto y, segundo, saben que aparentemente no era narcotraficante, pero pinta no le faltaba y costumbres se ve que tampoco”, dijo Cal.
Luego de recibir ese audio decidió hablar con el entonces ministro del Interior Luis Alberto Heber y también con el entonces secretario de Presidencia, Álvaro Delgado.
“Mi familia y yo nos sentimos en un estado de indefensión muy grande”, expresó.
El diputado también se refirió en la sesión al copamiento de La Maison. “Yo que estuve ahí le puedo decir que nadie puede creer que cuatro desgraciados con dos revólveres viejos podrían entrar a coparla”.
“Nadie con dos dedos de frente podría pensar eso”, apuntó.
Cal mencionó que luego de este episodio vino el relevo como jefe de Policía de Julio Pioli y que el ministro Heber el mismo día del relevamiento le dijo: “Espero que ahora estés más tranquilo”.
“No digo que haya sido solo por esa situación, tal vez ya venía un desgaste por otros temas”, agregó.
Sobre los ministros también contó que en una oportunidad que se encontró con Heber y Martinelli en el Aeropuerto del Sauce, este último le preguntó en tono de broma “si todavía no lo habían matado los narcos”.
DENUNCIA DE CORRUPCIÓN
El diputado dijo que días después de la invitación a tomar un café a La Maison, hubo una persecución policial en Montevideo que involucró autos de alta gama. “Las primeras crónicas de los noticieros decían que en los vehículos, además de armas, había droga, y eso lo pueden comprobar. Después la versión empezó, con el pasar de las horas, a ser más leve. Ya no había droga. Las armas estaban en regla”.
“Algunas versiones dicen que algunos de los policías que participaron en ese operativo después terminaron siendo parte de su seguridad. Ya habrá una investigación en curso sobre esto. Llamó la atención que en nuestro país, un hecho tan extraño como este, pasara casi desapercibido”, apuntó.