HISTÓRICO ENCUENTRO. Los presidentes de las dos Coreas se dieron la mano en la Zona Desmilitarizada y comenzó una cumbre histórica. El dictador norcoreano Kim Jong-un cruzó la frontera para ser recibido por el mandatario surcoreano Moon Jae-in y dar inicio a una reunión centrada en el arsenal nuclear de Pyongyang y la posible firma de la paz para dar por concluida la guerra que comenzó hace 65 años.
Los líderes de las dos Coreas celebran hoy una histórica cumbre en la frontera, que comenzó con un afectuoso apretón de manos y con un compromiso de "sinceridad" para alcanzar la paz "como un regalo para el mundo".
El líder norcoreano, Kim Jong-un, cruzó a las 9.30 hora local (0.30 GMT) la línea de demarcación militar que separa Corea del Norte y Corea del Sur, para participar en el primera cumbre en 11 años entre los dos países técnicamente en guerra.
Kim se convirtió así en el primer líder norcoreano en pisar suelo del Sur desde que en 1953 acabó la guerra entre las dos Coreas, un conflicto cerrado por un alto el fuego pero no por un tratado de paz.
En un primer encuentro lleno de simbolismo, el presidente surcoreano, Moon Jae -in, recibió a Kim con un apretón de manos a través de la línea fronteriza y ambos intercambiaron unas breves palabras para después cruzar juntos de nuevo la divisoria hacia el Norte, cosa que hicieron sonrientes.
Al inicio de la reunión en la que Moon y Kim se sientan con dos acompañantes cada uno, el mariscal norcoreano dijo que quiere "iniciar un nuevo capítulo" en las relaciones con el Sur, y afirmó que "no volverá a suceder" que se incumplan acuerdos alcanzados anteriormente entre los dos países.
El dictador norcoreano destacó además su voluntad de lograr "la paz y la prosperidad" en la península a través de una mejora de las relaciones intercoreanas, y para ello apostó por "no tener que volver a la situación anterior" de confrontación.