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Eduardo Martínez reconoció que al venir a ocupar el más alto cargo policial en un departamento como Maldonado, significaba una gran responsabilidad, más allá incluso de lo que era la alta temporada.

“Dijimos desde un principio, tomar el tema de que la policía tiene que sumarse a las demás empresas que luchan por este gran negocio del país que es Maldonado, sobre todo en época estival, y había que cambiar un poco la mentalidad, y pensar que ese ochenta y pico por ciento, no solamente tenía que volver, sino que debía llevar a su gente, a sus conciudadanos, la esperanza de que a Maldonado se podía volver”, dijo en clara referencia a la importancia que la seguridad tiene particularmente en un departamento que, recibe en forma permanente pero más acentuada durante el verano, a miles de turistas de todo el mundo.

A pesar de los estándares internacionales que ubican a Uruguay como un país seguro, el jefe de Policía de Maldonado reconoció que los delitos que se cometen cobran gran relevancia para los vecinos, comerciantes u operadores. “Cuando uno mira de afuera es una cosa, cuando está del lado de adentro es otra”, dijo, al tiempo de hablar de la última temporada de verano para la que se intentó brindar el mejor servicio. “Entendíamos que se nos venía una temporada muy buena, había muchos factores que iban a incidir en el tema de la venida de toda esa cantidad de turistas; estamos hablando seguramente por encima del millón de turistas en el periodo este. Cuando arrancamos con la temporada, que se había adelantado y nos fuimos hasta mediados del mes de marzo de este año, ¿qué tuvimos desde el punto de vista de la seguridad en ese periodo como para resaltar referente a lo que de alguna manera nos puede haber perturbado esa continuidad de la tranquilidad?: tuvimos cuatro rapiñas o cinco, y ahí se dio un fenómeno, que fue el problema de los imitadores; cuando sucede un hecho que se empieza a dar que no se aclara, que la Policía está desorientada, seguramente aparece un imitador que quiere hacer lo mismo, total, está de moda. Y eso se dio”, explicó, haciendo referencia a la cadena de rapiñas ocurridas en pleno Punta del Este en perjuicio de comercios del rubro inmobiliario.

En ese marco recordó que en materia policial, los otros hechos relevantes ocurridos durante el verano, tuvieron que ver con accidentes de tránsito graves y con muertos, varios de los cuales tomaron gran relieve por quienes fueron los protagonistas. “Eso está dentro del fenómeno por la cantidad de gente y de vehículos que había en el departamento de Maldonado. Otra cosas y ayúdenme a recordar ustedes, no ocurrieron”.



IMPACTANTES HOMICIDIOS

En relación a impactantes hechos ocurridos fundamentalmente en los últimos meses, como el asesinato de la niña Pamela Silva y el del joven Fabián Dorado, ambos sin esclarecer, el jefe de Policía de Maldonado recordó que dejando atrás los meses de alta temporada y abril, recién “aparece el 4 de mayo muy tempranito de la mañana, el homicidio de Pamela, producto seguramente que no afecta la seguridad pública, pero que nos deja sumamente preocupados. Por un lado el tema familiar, el entorno, eso que trajo aparejado que a pesar de sus cortos 11 años, el padrastro mantuviera una relación sexual desde hacía más de dos años con ella, desde muy chiquita; pero del caso Pamela falta el otro 50% que es el homicidio, la forma yo diría, esa forma apasionada de la muerte porque fue extremadamente golpeada. Y 23 horas después la muerte de Fabián (Dorado) en la vía pública, lo que en principio se consideró podía haber sido una rapiña; cuatro días después se aclara con la propia novia de Fabián, de que realmente no se trataba específicamente de una rapiña”.

El jerarca aseguró que en ambos casos se trabaja intensamente y en varias pistas, no desconociendo el impacto que han provocado en la población.

En relación a los reclamos por más presencia policial, inspirados precisamente cuando ocurren hechos de esta magnitud, subrayó que “durante varios meses del año, necesitamos darle la licencia a nuestro personal, los descansos que les debemos desde el verano, inclusive. Cuando se dan esas circunstancias extremas, ¿qué es lo que nos queda?, echar mano a todo el personal del departamento, porque hay que darle respuestas a la gente, porque todos andábamos mal, yo me incluyo”.

Reconoció que lamentablemente este tipo de hechos trascienden fronteras por su magnitud, aunque no deben sacarse de su contexto. “Yo, la gran interrogante, lo que me deja muy mal cada vez que me pongo a pensar en las imágenes sobre Pamela, es sobre los últimos minutos de su vida, eso es lo que me aterroriza. Entonces todo lo que haya logrado frenar, todo ese sacrificio de Pamela, que haya sido para evitar situaciones similares de otras niñas, realmente nos ha dejado un mensaje, como para que no les pase”.

En otro orden, Eduardo Martínez dijo estar convencido de que la población en general está comprometida con la seguridad del departamento. “Fue una de las grandes inversiones que hicimos el año pasado. Yo creo que en lo que pudimos hablar con la gente, en lo que la gente nos enseñó y en los mensajes que nosotros le dejamos, pudimos ver un compromiso mayor en el tema de la seguridad, por un par de razones. Una de ellas, la manera que aumentaron los llamados al 911 para dar información; y no solo al 911 sino a los policías que andaban en la calle y demás, y creo que llegó bien el mensaje de que entre todos podemos. Recuerdo que utilizaba el año pasado unas expresiones tales como, somos 200.000 y no puede ser que 200 chorros nos compliquen la vida”.

Asimismo dijo que la seguridad no se puede medir, que lo que se mide es la inseguridad, por lo cual el aporte de la comunidad ha mejorado muchísimo ese parámetro inmedible y hace que resalten mucho más los hechos delictivos, sea cual sea su número.



NUEVAS COMISARIAS

En otro orden, hizo referencia a la necesidad de contar con nuevas comisarías para redistribuir el accionar de algunas seccionales que tienen jurisdicciones muy amplias y heterogéneas.

El jefe de Policía de Maldonado, explicó que ya se realizó un estudio a nivel interno para reorganizar las jurisdicciones porque, “justamente porque lamentablemente el progreso de Maldonado no ha sido acompañado en las mismas condiciones con el desarrollo de la Policía, se ha trancado un poco el tema”, lo que repercute negativamente en las tareas preventivas.

“Lo que pensamos es eso, por un lado hacer un equipo de prevención para cumplir esa función primordial de la Policía, y por otro lado cambiar las jurisdicciones”, y citó el ejemplo de la comisaría 11ª de Piriápolis, que tiene jurisdicción sobre una zona tan alejada como es La Capuera. “Es una cantidad de gente impresionante y que está absolutamente alejada de todo. Pero además tiene la laguna (del Sauce) allí, el mal uso de la laguna, y no hay una autoridad que esté ahí mirando, que esté conversando, orientando, buscando soluciones”.

Asimismo mencionó el caso de la seccional 1ª, también con un área para cubrir que hoy en día tiene grandes áreas urbanizadas. “El comisario de la 1ª debe atender todo eso, más Solanas, Sauce de Portezuelo, toda esa zona”.

Fue allí que expresó que el trabajo que se lleva adelante pretende “mostrarle al Poder Ejecutivo, que es fundamental que La Capuera y Solanas, sean una comisaría independiente a las demás, con asiento en Solanas; y la comisaría 15 por darle algún nombre que es lo más discutido, si hay posibilidades de hacerla, darle jurisdicción en la zona de Cerro Pelado”.



LOS MENORES Y LAS LEYES

Eduardo Martínez también analizó la problemática con los menores y los adolescentes, incluida la que se da en el entorno o las puertas de algunos centros de enseñanza.

El jerarca dijo que ha sostenido reuniones con padres de alumnos liceales, preocupados por la situación que se da a la entrada o la salida de los distintos turnos, porque en el interior no es responsabilidad policial.

“Acá es bien clarito: con los menores de edad intervenimos únicamente cuando tienen inconductas que podrían traer aparejados procesamientos. Para decirlo de otra manera, que si fueran mayores de edad estarían cometiendo un delito”, aclaró.

Al ser consultado respecto a como se actúa si hay desordenes en la vía pública, provocados por menores, dijo que “nosotros intervenimos; en un par de horitas tenemos que dejar todo resuelto, el juez, el médico y esperar dentro de ese plazo, la resolución judicial”.

Dijo tajantemente, que hay cosas que deben quedar claras, y que por ejemplo, “lo que sucede dentro del liceo es un problema de secundaria; yo no puedo meter milicos dentro del liceo para ver como se conducen los muchachos dentro del aula; además es una barbaridad. Que conste que no lo pidieron, lo estoy diciendo por lo que se conversa. En el entorno lo que estamos haciendo hoy en día, es ir un poco más, a ver si es tan grave la situación, pero reclamamos sí a las autoridades del INAU que son las que realmente intervienen en la orientación, la formación en todo lo que compete a esos chiquilines”, aunque aclaró que la institución sabe que cuenta con el apoyo de la Policía de ser necesaria su participación.



LOS DELITOS, ¿SUBEN O BAJAN?

Finalmente habló de las estadísticas que difunde la Policía, en las cuales se habla de la reducción de algunos delitos comunes como los hurtos, o el crecimiento de otros como las rapiñas.

“Se ha trabajado, ha descendido muchísimo, estamos en la realidad nacional en uno de los mejores lugares, tal vez, por lo que he conversado con los colegas; pero eso no significa que estemos bien, tenemos que seguir luchando para mejorar esto”, subrayó.

En tal sentido reiteró lo anteriormente mencionado: que la seguridad depende de todos y es muy valioso el aporte de toda la comunidad.

“Guardarnos algo cuando nos roban o nos hacen algo ilícito no, tenemos que hacer la denuncia correspondiente. Me tocó a mi y lo hice”, insistió, al hacer referencia a un robo que él mismo sufrió del interior del apartamento que ocupa en el edificio de la Jefatura de Policía, por el cual radicó la denuncia correspondiente ante la seccional 1ª que llevó adelante la investigación, que terminó con una mujer (empleada de una empresa privada de limpieza) procesada por el hurto de una cámara fotográfica digital.

Redactado: R.A.