El centro educativo enfrenta grandes dificultades debido a problemas de infraestructura y servicios básicos. Profesores, autoridades y alumnos sufren las consecuencias de un entorno deteriorado que afecta el desarrollo de las actividades escolares.
La UTU de La Capuera está atravesando serias dificultades debido a problemas de infraestructura que están afectando tanto a estudiantes como a personal docente. Según Florencia Artagaveytia, adscripta y educadora del centro, la situación es crítica: “Estamos reclamando a las autoridades, pero no ha habido una respuesta clara de cómo solucionar esta situación”.
Uno de los principales problemas es el agua estancada en el patio central del centro educativo, lo que genera “infecciones y una invasión de mosquitos”. Artagaveytia explicó que la situación se agrava con las inundaciones que afectan también los salones: “No podemos utilizar el salón donde se brinda el desayuno y la merienda porque el piso se ha destruido debido al agua”.
La situación se complica aún más con problemas en las cañerías, los baños y un sistema eléctrico defectuoso. “Cuando llueve, saltan las llaves y queda todo oscuro”, mencionó la docente. Además, “hay salones con cables para afuera y la mitad de los enchufes no funcionan”.
La falta de pavimentación en las calles también contribuye al deterioro del entorno. “Se llena todo de barro porque la calle no está pavimentada”, indicó Artagaveytia. Este problema se suma a los inconvenientes que enfrentan los profesores, quienes sufren descuentos salariales debido a que a veces no pueden llegar a tiempo por las condiciones de la infraestructura.
A pesar de los reclamos, la respuesta oficial ha sido que el caso fue “elevado a arquitectura”.
Sin embargo, los problemas persisten. “Asisten más de 300 niños, y debido a los recortes, los grupos están superpoblados. Es insostenible dar clases. Hay veces que no entramos todos”, concluyó la educadora.