Olmedo habló sobre el impacto del entorno familiar, la alimentación y la tecnología en el desarrollo infantil. También reflexionó sobre los límites de la medicina.
La médica pediatra Jacqueline Olmedo, directora del hospital de Maldonado, brindó una entrevista a la Contratapa de la Revista de FM GENTE, en la que abordó los desafíos actuales de la salud infantil desde una mirada preventiva e integral.
“Uno desde la pediatría actúa mucho en la anticipación, la prevención y controla lo que es el niño como aquella persona que está en constante crecimiento y desarrollo”, señaló.
Consultada sobre las dinámicas familiares actuales, destacó: “Hay muchas familias monoparentales. Los niños necesitan la misma cantidad de amor”.
Advirtió también sobre el uso excesivo de pantallas en la infancia. “No se deben consolar a los niños con pantallas. Va podando el cerebro y no crea esas sinapsis y conexiones que en la vida adulta favorecen al desarrollo y que pueda ser más resolutivo”, alertó.
En cuanto a la nutrición infantil, remarcó que una mala alimentación puede tener consecuencias graves desde edades muy tempranas. “Una mala alimentación puede llevar a que un niño tenga anemia antes de los 2 años y hay una disminución en el coeficiente intelectual. Cuando lleguen a la escuela les va a costar más aprender a leer o escribir”, explicó.
La pediatra también se refirió a los riesgos en el hogar, especialmente en relación con el monóxido de carbono: “En Uruguay hay 200 casos de intoxicaciones por monóxido de carbono. 20 fallecen. Ahí también entran niños”.
Otro de los temas que abordó fue el tabú en torno a la muerte. “En Uruguay nos cuesta hablar de la muerte. Debemos entender que todos nacemos, crecemos y vamos a morir”, dijo.
Olmedo también reconoció las emociones que enfrentan tanto familias como profesionales ante enfermedades graves. “Como humanos que somos tendemos a culpabilizarnos. Tenemos que entender que no vamos a poder curar todo. Podemos brindar calidad de vida siempre”, expresó.
La médica cerró su reflexión con una frase contundente: “Tenemos que saber que no somos dios”.