Hace dos años, el exfutbolista de la Selección Argentina y de varios clubes de primera línea, Ezequiel “Pocho” Lavezzi, compró una de las chiviterías más renombradas de Punta del Este en un millón de dólares. Lavezzi y un apoderado suyo pagaron US$ 500.000 en el acto y por el precio restante firmaron un vale por otro medio millón de dólares. Al vencer el plazo del vale, el comerciante intimó a Lavezzi y al apoderado al pago de lo adeudado, según indicaron a El País fuentes judiciales.
Tras pasar el tiempo, la abogada del acreedor, Virginia D’Isabella, del estudio jurídico ALS, tramitó en el Juzgado Civil el embargo y posterior remate de la mansión que había ordenando construir el futbolista argentino para vivir con su anterior pareja.
El 6 de setiembre de 2019, D’Isabella intimó el pago por telegrama colacionado a los demandados en el domicilio constituido en el vale millonario, por el plazo de tres días, bajo apercibimiento. “No habiendo procedido los demandados (Lavezzi e Ives M.), ha quedado así preparada la vía ejecutiva” (el remate), advierte el escrito.
El acuerdo entre el futbolista y el vendedor de la chivitería incluía que el expropietario del restaurante asesorara al entorno de Lavezzi sobre el funcionamiento del negocio durante dos años.
Trascendió en el Juzgado que el exfutbolista abrió franquicias de la chivitería en Estados Unidos y en Argentina.
Poco después de concretado el acuerdo, el asesor fue despedido por alguien del entorno del exdeportista y los negocios comenzaron a dar pérdidas, según las fuentes.
Entretanto, el juicio contra Pocho Lavezzi siguió su curso en el Juzgado Civil de 9° Turno.
En 2016 comenzó a diseñar una fastuosa casa con su entonces novia, Yanina Screpante, en José Ignacio. Foto: Ricardo Figueredo
En 2016 comenzó a diseñar una fastuosa casa con su entonces novia, Yanina Screpante, en José Ignacio. Foto: Ricardo Figueredo
D’Isabella presentó un nuevo escrito ante el juez Alejandro Recarey, lo que llevó contra las cuerdas al exfutbolista. Su apreciada mansión esteña estaba a punto de ser subastada.
El escrito de la abogada fue considerado de recibo por la Justicia. El juez Recarey decretó: “Intímese a Ezequiel Lavezzi la entrega de los títulos del bien embargado en autos, con plazo de 5 días (...)”.
Lavezzi contrató a un renombrado estudio jurídico para que lo representara.
En un principio, el futbolista alegó que su deuda era de US$ 200.000 y que los US$ 300.000 restantes debían cobrarlos a su apoderado, dijo la fuente.
Los abogados del tenedor del vale argumentaron que en el documento estaba la firma del exjugador argentino y que, por ende, era responsable por la totalidad de la suma adeudada. Finalmente, los abogados de Lavezzi y del poseedor del vale llegaron a un acuerdo. Lavezzi pagó US$ 550.000. Esa suma incluye costas y costos (gastos generados por el juicio), e intereses, señaló la fuente.
El 26 de mayo pasado, la Justicia refrendó el acuerdo entre los abogados del exfutbolista y el comerciante.
“Homológase la transacción adjunta (por las partes) y en su mérito dispónese el levantamiento del embargo específico trabado (contra la mansión de Lavezzi). Comunicándose”, expresa el decreto judicial.
Y agrega que el expediente tendría un cambio de carátula, ya que el exdeportista iba a demandar al apoderado por no pagar su parte del vale.
De todas formas, esa cifra es irrisoria para Lavezzi.
En 2017, cuando aún jugaba al fútbol, dejó el club París Saint Germain para enrolarse en el equipo Habei China Fortuna. En ese momento, Lavezzi fue considerado el jugador mejor pago del mundo, por encima de Leonel Messi y Cristiano Rolando. El “Pocho” Lavezzi percibía la suma de 949.620 euros semanales.
Dos años más tarde, el 13 de diciembre de 2019, Lavezzi se retiró del fútbol. Tenía 34 años.
Refugio de verano en un lugar de ensueño
En 2014, en la cima de su carrera como delantero en Europa, Ezequiel Lavezzi disfrutó de unas minivacaciones en Punta del Este con su entonces novia Yanina Screpante y su hijo de nueve años, de una relación anterior.
En ese momento, el futbolista adquirió un terreno en la primera línea de la playa en un barrio privado de José Ignacio, en Maldonado. El entonces jugador y la diseñadora de interiores planificaron construir allí su “nido de amor”: una mansión de siete metros de altura y una hermosa vista. Ese sería el “refugio de verano” y la “segunda casa” del “Pocho” y Screpante. La pareja se separó y Lavezzi utiliza la casona en sus vacaciones esteñas.
fuente: El País
foto: Ricargo Chango Figueredo para El País