Se desarrolla en el Argentino Hotel de Piriápolis el 3er. Congreso Uruguayo “Tabaco o Salud”. El presidente del congreso, Dr. Eduardo Bianco, dijo a FM GENTE que esta actividad apunta a quienes están trabajando para ayudar de dejar de fumar a las personas y también a los que inciden en las políticas de control del tabaco. “Algunos trabajamos en ambas partes”, agregó.
Este congreso reúne a investigadores, especialistas en el tratamiento, y expertos en incidencia política en control de tabaco, para compartir experiencias, aprendizajes y evidencias más recientes, se informó.
Se tratan temas como política de control del tabaco, epidemiología del consumo, enfermedades tabaco dependientes, tratamiento de la dependencia, capacitación en el abordaje del tabaquismo, aditivos, saborizantes, impuestos, publicidad, promoción y patrocinio y Convenio Marco para el Control de Tabaco, entre otros. Se presentan, además, los resultados más actualizados de investigación.
LA MAYOR CAUSA DE MUERTE “EVITABLE”
Bianco dijo que se reunió a gente de la academia, del gobierno y de la sociedad civil “que está interesada en enfrentar la principal causa de muerte evitable en Uruguay, que es, todavía, el consumo de tabaco. El 15% de las muertes en Uruguay son debidas al tabaco. Son más de seis mil por año”, remarcó.
El facultativo dijo que se busca mejorar la ayuda para el acceso a los tratamientos de las personas que aún consumen y que no puede dejar de fumar.
Además, se procura “enfrentar los nuevos retos que la industria tabacalera está ofreciendo, como los cigarrillos electrónicos, que se presentan como una herramienta para dejar de fumar… Y también otros dispositivos, como el ‘cigarrillo calentado’, que es tabaco metido en un dispositivo electrónico… Ellos dicen que generan menos riesgos. Y se están posicionando como interlocutores válidos ante los gobiernos”, pese a que los tratados internacionales, de los que Uruguay es parte, excluyen expresamente “a la industria tabacalera de participar en las regulaciones”, precisó.
Indicó que también se crearon mesas en este congreso para tratar el comercio ilícito de tabaco, sobre los nuevos productos y otra sobre tabaco y marihuana, para ver cómo han avanzado ambas regulaciones.
Adelantó que hay qué ver como se sigue avanzando en materia de regulación, “porque aún no está resuelto el tema”. Explicó que el marco regulatorio debería aplicarse por parte de todo el gobierno y no sólo por el Ministerio de Salud Pública, como sucede actualmente.
SUBA DEL 4% POR ENCIMA DE LA INFLACIÓN
Agregó que, por más que se ha aumentado el impuesto al tabaco, falta una política para que se sigan incrementando siempre, “aunque sea un poco. En el Congreso se planteó por parte de uno de los economistas que sea un 4% por encima de la inflación. Eso puede ser extremadamente eficaz para ir aumentando el precio en forma acumulativa. Y esa es la medida más efectiva para ir reduciendo el consumo y promover el abandono, fundamentalmente entre los jóvenes”, subrayó.
Consultado sobre por qué no se aprueba ese marco regulatorio, dijo que la industria tabacalera “sigue siendo escuchada” y envía un mensaje al Ministerio de Economía diciendo que, con un precio mayor, va a haber más contrabando de cigarrillos. “Eso le genera un cierto ‘ruido’ al Ministerio de Economía”, sostuvo.
Expresó que, pese a los aumentos, los estudios muestran que “no se ha disparado” el consumo de cigarrillos de contrabando.
IMPUESTOS Y CAMPAÑAS DE PREVENCIÓN
También precisó que los 300 millones de dólares al año que se reciben de impuestos de este sector, no los aportan las tabacaleras, sino los fumadores.
“Matan seis mil personas por año, nos causan un 5% del gasto de salud… El gasto es más del triple. Estamos hablando más o menos de 1.600 millones de dólares, si sumamos las discapacidades que se generan por el tabaquismo… Es un mal negocio. Eso ya no lo discute nadie. Pero sigue siendo difícil entrar en la cabeza de la gente que maneja nuestra economía”, enfatizó.
Asimismo, remarcó que parte de ese dinero recaudado por tributos debería usarse en las campañas para dejar de fumar, especialmente destinadas a los pobres.
“La gente que más ha dejado de fumar es la de la mayor nivel socioeconómico, que está en el 10%; los más pobres tienen un porcentaje de fumadores de más de 30%. Eso es un inequidad social” y llevan “la carga mayor de la epidemia”, aseveró.