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“No vi algo parecido en casi 40 años de trabajo. Han hecho hasta fiestas nocturnas en el lugar”, explicó Maresca. La Compañía Nacional de Cementos tiene la concesión de explotación de la cantera desde 1938.

Actualmente en la cantera se explotan cales, carbonatos y agregados gruesos, aunque inicialmente se explotó piedra caliza para cementos y luego para cales.

La cantera que despertó el interés turístico es la que está inundada, tiene una profundidad de 78 metros (60 hasta el espejo de agua y 18 metros de profundidad debajo).

“El agua se acumuló por las lluvias y tiene ese color particular por las características del mineral del fondo que es una caliza muy blanca que da ese aspecto cristalino”, explicó Maresca.

No obstante, la empresa está preocupada y la afluencia de visitantes no era algo deseado ya que supone exponerse a situaciones altamente peligrosas para quienes hacen caso omiso a la cartelería preventiva e incursionan por áreas del terreno en las que puede haber derrumbes y explosiones.

“La cantera está protegida. Está cercada con carteles que dicen ‘propiedad privada’ y otros marcas los riesgos como ‘peligro de voladura’ o ‘derrumbe’. A pesar de eso la gente ingresa como si no hubiera absolutamente nada”, relató Maresca.

“Existe un riesgo de desprendimiento de piedra de sus laterales o riesgo de derrumbe. De hecho se puede ver cómo hay una parte donde hubo importantes desprendimientos. En algunos casos hay zonas que no son firmes a causa de las vibraciones de las explosiones”, remarcó.

A eso se suma el riesgo de caída desde una altura que puede llegar a los 70 metros ya que la gente trepa por las paredes laterales para acceder a la vista del paisaje y tomar fotografías.

“El comportamiento de la cantera uno no sabe cuál es”, agregó Maresca, que además, desmintió las versiones que circularon en redes de que tendría sustancias tóxicas.

“Es simplemente agua de lluvia acumulada; si bien preferimos que la gente no se bañe, tampoco queremos que se creen miedos infundados”, aseguró.

Más allá de los riesgos de la propia cantera, la zona continúa en explotación y se usan explosivos para la extracción de minerales, lo que supone un riesgo extra.

“La empresa tiene todo un protocolo con alarma que suena durante 15 minutos antes de la explotación. Aunque se corta la caminería no tenemos forma de saber si hay gente oculta o no dentro de la cantera. Eso implica un riesgo muy importante y la gente no lo dimensiona piensa que esto es una playa”, enfatizó.

Desde que la gente comenzó a ingresar a esa parte del predio se radicaron varias denuncias para dejar constancia de que la situación no es deseada por la empresa.

“Somos conscientes de las limitantes de recursos de la policía de Pan de Azúcar, que de todos modos se toman la molestia de venir y han evacuado en varias oportunidades el lugar. Los fines de semana, sobre todo, es imposible y el Ministerio del Interior no tiene la posibilidad de destinar personal para eso exclusivamente. Nosotros venimos tomando una serie de medidas para cerrar y reforzar el alambrado e impedir el acceso en algunos puntos, pero es increíble cómo entran o trepan ciertos laterales de cantera sin tener conciencia del nivel de riesgo”, remarcó el gerente.

PROYECTO TURISTICO
Varios señalan como comienzo de la “viralización” del lugar una propuesta del actual alcalde, Alejandro Echevarría, que apuntaba a generar un polo turístico en esa zona.

“A partir de eso estamos en un proceso con el Municipio de Pan de Azúcar y la Intendencia de Maldonado de generar un comodato con el objetivo que realicen un parque municipal bajo tutela y control de la propia intendencia. Recién estamos en los inicios de este proyecto y yo creo que eso permitirá dar un marco de seguridad de explotación turística, dentro de lo que es la explotación de un yacimiento mineral”, detalló Javier Maresca.

De hecho, el intendente Enrique Antía, junto con los directores generales de Obras, de Turismo y de Desarrollo Social e Integración Darío Camacho, el Alcalde de Pan de Azúcar y el propio Maresca, recorrió la cantera de Nueva Carrara.

La idea es contar con tres miradores que permitan valorar la belleza del lugar y constituirse en un punto al que puedan lleguen los visitantes de forma segura. Se planea que estén listos para la temporada 2021-2022.

Por lo pronto, en breve la zona volverá a cerrarse, al menos por dos meses, y se impedirá el acceso, mientras se pone en marcha el proyecto para que la cantera vuelva a disfrutarse con seguridad.



foto: TW @outxfworld