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Nicolo Tommaseo dijo: “La ira ofusca la mente, pero hace transparente el corazón”. La filosofía Tommaseo parece aplicar a este caso. R.C.DS. (iniciales de nombre y apellidos), de 40 años de edad, poseedor de antecedentes penales, había tenido problemas con su mujer por sus reacciones violentas.

La mujer procuró poner fin al suplicio y presentó una denuncia escrita, en Pan de Azúcar, contra R.C.DS. por los malos tratos a los que la sometía.

El hombre la sentó en una moto contra su voluntad, y se la llevó hacia el Camino de los Olivos.

La mujer fue encontrada más tarde internada en el hospital local. Cuando le interrogaron sobre lo que le había pasado, dijo que su marido se puso violento cuando le dijo que le había denunciado por los malos tratos a los que la sometía.

Afirmó que el hombre empezó reprochándole por presentar la denuncia, y luego exigiéndole que la levantara. Como la mujer se mantenía en su decisión, pasó lo que pasó: la cargó en su moto, y se la llevó secuestrada.

Los policías fueron a buscar a R.C.DS. para aclarar bien el asunto y ponerlo a disposición judicial. Pero R.C.DS. no se la hizo fácil a los funcionarios policiales. Finalmente fue reducido y llevado a la Seccional 3ª de Pan de Azúcar, desde donde se procedió a avisar al juzgado en lo Penal de 4º turno.

La juez a cargo se pronunció ante los hechos en las últimas horas disponiendo el procesamiento de R.C.DS. como autor de un delito de violencia privada en concurso formal con un delito de desacato.

La magistrado ordenó que el acusado fuera alojado de inmediato en prisión, y que se le mantenga allí hasta que el proceso judicial sea completado con una sentencia que confirme el procesamiento, o lo rectifique.