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Soy “Chamaco”, Robert Arístides Arriola Pimienta (C.I. 3.185.222-0) y como saben una gran parte de mi vida la he dedicado a la docencia de expresión plástica de niños, en Instituciones públicas y privadas en educación formal y no formal, con niños y adolescentes, de todo el departamento. Ha sido para mí como ponerme un hábito, algo muy en serio. Por respeto, a los niños por el afecto y la confianza que depositan en mi, soy muy responsable con el dialogo que sostengo con ellos y con los contenidos que comparto en los talleres, para que eso les de otras formas de ver la vida.

Yo tuve una madre, que me apoyo siempre en mi opción por el arte, en tiempos aun más difíciles. Para mí es el sentido de mi vida: El arte y la docencia. Así que pongo en los talleres la pasión por mi profesión como una opción de vida. Desde ese lugar los gurises, pueden considerar el arte como una profesión posible entre otras opciones.

Una de mis experiencias en este camino, fue, la de aprender a ser un gestor cultural. Por eso hace un tiempo mas o menos como 18 años, entre mi madre Muñeca Pimienta, Blanca Gonzalez, Alba Parodi, Mónica Lucero, Lida Martínez y quien suscribe, trabajamos en familia para el pueblo, y haciendo beneficios, se compro el horno de cerámica que existe hoy en día en el taller de cerámica de la casa de la Cultura de Pan de Azúcar, al que se le agrego el torno donado por Richard Liencres.

En el Club del Niño, con los niños fabricamos, nuestro propio taller con tablas de construcción, después con el tiempo, con el puerta a puerta, que se hace todos los años, la misma gente, de la comunidad, ayudo a la construcción del taller que tenemos hoy.

Como artista, referente y docente estoy atento a las políticas públicas sobre educación. Aspiro vivir dignamente, generando obra, formando en el oficio, y a mostrar que el arte es imprescindible para la vida. No es posible la vida sin una experiencia estética, cerámica, música, danza. Y cuanto mas temprana sea la experiencia estaremos formando artistas o publico sensible.

El Agua y el Aceite
Una experiencia de vida.
La educación no formal medida como educación formal.

El 12 de Mayo del corriente, terminó mi contrato en Cultura, como docente de artes plásticas infantil, en zona oeste del departamento, reflexiono sobre el efecto del concurso 2012.

No fue en una fecha oportuna, estamos a mitad de año, y recién los alumnos se están enterando que no hay profesor para la materia que se anoto: batería, tallado en madera, cerámica para niños, danza clásica, y escuelas e Instituciones de la zona están sin docentes de cultura.

Ha sido un concurso con bases que se usan en primaria, la situación en Cultura es diferente:

1) los docentes de arte trabajaran en educación no formal

2) los docentes de primaria son funcionarios públicos como los docentes de Educación Física de la Intendencia de Maldonado, los de cultura no, son contratados y estarán sometidos a esta inestabilidad cada 5 años.

3)Primaria usa esos mecanismos como promoción, los maestros no pierden el trabajo si no llegan a un puntaje, los de cultura si.

4) en Uruguay no hay formación de docentes en el área artística, los docentes se hacen en la practica docente y artística, de modo que es de esperar que unos 20 años de esa practica, la obra en la comunidad donde habita, 200 niños por año que circulan en los talleres, premios nacionales como docente guía y la consiguiente valoración de las instituciones y la comunidad, puedan alcanzar para la evaluación de un docente con esa trayectoria.

4) la evaluación de desempeño docente no puede quedar supeditado a pocos minutos, por la cantidad de postulantes y el tiempo acotado. En el concurso de docentes de artes plásticas no hubieron las garantías necesarias, para que las 48 personas que pasaron por el taller de desempeño, pudieran contar con todo el jurado, se dividieron para cubrir al mismo tiempo varios docentes. Tampoco es ético, condenar la sinceridad cuando el docente dice que la descentralización también depende de los recursos, o castigar a los postulantes quitándoles puntos cuando ponen en evidencia la subjetividad del jurado, como si el concurso fuera un clase de primaria y los docentes, niños dóciles a los que intimidar.

5) Los mecanismos que se usaron para la selección del nuevo equipo son número y certificados, que dejan al docente de arte librado a una visión académica de la Institución, que no se corresponde con los recursos dispuestos.

6) Mi valía del desempeño docente la tengo demostrada en otros ámbitos. Un ejemplo, mi experiencia como referente y mi desempeño docente saca las pestañas del fuego de una artista internacional que dio una jornada de formación, patinó al frente de un taller con 45 niños y una docena de: docentes de artes plástica infantil, maestros y autoridades, que pueden dar cuenta de ello.
Descentralizar es también respetar los vínculos sociales que ya existen, reconocer que funcionan, reforzarlos y multiplicarlos con recursos. No, desmantelar una escuela de artes plásticas con trayectoria y oficios que se pierden.
Es de destacar que después de un concurso, uno quedaría mas contento si por lo menos viera que se superaron expectativas, siempre hemos dicho que la zona, oeste necesitaría 5 docentes de expresión plástica de niños para cubrir las necesidades. Perdemos calidad, se achica la plantilla para atender una población de 25.000 habitantes, en Zona Oeste del departamento.

Habría que preguntarle a los gobernantes departamentales y nacionales, como descentralizan si en lugar de aumentar el numero de contratados los reduce. El arte para los recursos ¿sigue siendo un accesorio, que decora?

Las autoridades necesitan razones para defender sus presupuestos, los docentes muchas veces nos hemos reunido con ellos para dar ideas, compartir la visión y mostrar las necesidades. En esta oportunidad me hago cargo de lo expresado y espero que la gente también exprese lo que piensa, para que todos podamos defender los referentes de la cultura que son quienes aportan herramientas de construcción de ciudadanía.